Confieso que tenía mis dudas respecto a la acogida que pudiera tener el documental, entre gente verdaderamente de teatro. No era lo mismo que el Festival de Cazorla al que había ido una semana antes, ya que en este asistió todo tipo de espectador, mientras que en Cádiz, todos era gente de teatro, asistentes, actores, actrices, el director del evento, Pepe Bablé, etc. Es decir, el desafío era mucho más excitante, ya que tenía mucho deseo de conocer la reacción de este tipo de espectador más untado en las aguas del teatro. Profesionales con mucho conocimiento sobre Tamayo y para mi sorpresa también algunas personas, muy jóvenes, que no tenian ni idea de quién fué. Así que el reto me llenaba de emoción y nerviosismo a la vez. Me acompañó en la presentación Paco Valladares, experimentado y popular actor, que tuvo una muestra constante de entusiasmo y generosidad hacia la presentación. El lugar donde se proyectó el documental le llaman Residencia Tiempo Libre, es una especie de mole de hormigón tipo hotel que pertenece a la Junta de Andalucía y donde acuden en masa a pasar las vacaciones los funcionarios de la administración, pero que durante el evento lo reservan completamente como sede principal del festival. Allí se alojan tanto los actores como algún que otro invitado. La proyección estaba pautada para las 12:00 pero se retrasó hasta casi y media por falta de público, cuestión esta que ya me temía desde el principio. Al final asistieron algo así como 50 o 70 personas, entre jóvenes y gente mayor, toda de teatro. Hicimos una breve introducción que presentó el director del festival, Pepé Bablé, ser entrañable donde los haya, lleno de consideración y sencillez desmesurada, es un tío que te hace sentir cercano, entre amigos. Sigo. Después de la introducción se puso el documental, obviamente. Y al final d ela proyección la gente aplaudió con sinceridad y sentimiento. Puedo decir que gustó. Hubo hasta alguno que otro que me agradeció este documental tanto por hacerlo, así como por descubrirle la obra interesante de Tamayo durante el franquismo. O sea que el documental estaba gustando. Hubo una mujer, la viceministra de cultura de Costa Rica, creo, que se me acercó y me dijo que se le había pasado muy rápido el tiempo de proyección. Yo nunca se si esto es bueno o es malo, también depende mucho de quién lo diga. Y el director del festival me dijo que era maravilloso. En esos momentos, solo estaba pensando que quizá todo el esfuerzo de tantos años de trabajo y acumulaciones de tensiones y abismos en el camino, bien habían valido su coste, su dimensión de lucha y dedicación. Hay una cosa que me resulta aún un enigma: el comportamiento tan frío por parte del publico español hacia el artista, quiero decir, que jamás le demuestra con sinceridad expresiva su satisfacción por la película, no se le acerca y la comenta, le dice lo que piensa, asi que opta por alejarse y decirte, más o menos: ¡Eh, está bien los que has hecho, pero no es para tanto! Otra cosa que he aprendido: no invites a un famoso. Toda la energía se irá hacia él. Nadie te hará caso y pasarás a ser un accesorio. Bueno, lo importante es que la "peli" está gustando. Ahí está el verdadero valor de estas proyecciones. Bonita, lúdica y entrañable experiencia la del festival de Cádiz. Pero claro, como ser que se expresa a través del cine, quiero ir sobre todo a festivales de cine. Con lo del español, creo que se llena y doy por finalizado la cuota de teatro.
Buscar este blog
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Archivo del blog
-
►
2008
(21)
- ► septiembre (1)
No hay comentarios:
Publicar un comentario