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sábado, 29 de noviembre de 2008

Violencia tumultuaria


La rabia, la ira se apodera de las masas. Ahí fuera, en la calle, la turba está llena de rabia, ansiosa de ira, tumultuosa y colérica. La violencia tumultuaria es un signo de aquello en lo que los psicólogos dan en llamar la histeria de las masas. La histeria de las masas no consiste en la liberación de emociones nuevas, sino de sentimientos que en condiciones normales quedan reprimidos en las personas. La multitud en estos tiempos ominosos e inseguros en los que vivimos, está entrando en un estado cata tónico y muy sugestionable. La repetición constante de las sugestiones. Pero aunque parezca increíble, la histeria de masas no siempre ha sido nociva, véase los ritos que reune a cientos de personas cada domingo en un estadio de fútbol, espectáculos masivos, conciertos de rock, todo eso no es tan nocivo, a veces es hasta liberador de ansiedades y desamparos. El antídoto más eficaz y rotundo contra la histeria de masas consiste en mantener el sentido de identidad muy claro y de los valores propios de uno mismo. Pero pese a ese esfuerzo unívoco, la rabia sigue ahí fuera, latente y canalla, como reflejo miserable de aquello en los nos estamos convirtiendo, es despojos ansiosos de nuestra propia miserabilidad. La identidad se pierde, los valores se relegan al último nivel de la inteligencia, y la gente se convierte en un invento distorsionado de si mismo, en un cristal sin reflejo, en cuerpo sin alma. En ocasiones observo a ciertos seres que andan por la calle como si fueran un personaje de la última película detestable que acaban de ver, se sienten cómodos así, porque eso no requiere ningún esfuerzo interior. No cabe duda, vivimos en un mundo de rabia, donde los otros, los sin rabia, tienen estrecho el camino por donde caminan.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Jaime Urrutia, el provocador

Es un provocador, lo lleva en la sangre. Ayer estuve trabajando durante la tarde con él. Se le nota entusiasmado. Su entusiasmo es contagioso y me impulsa como un rayo a a seguir contra adelante con el proyecto, contra viento y marea -el pan de cada día en esta singular profesión-. Son largos y fructíferos encuentros de trabajo. Hablamos sobre su vida, sobre su pasado, la música que le influye, sus amigos, sus amores, sus fracasos, sus éxitos. Las entrañas se abren, se van abriendo las válvulas que abren los conductos de su interior. Y es porque Jaime está cada vez más receptivo, es importante para mi que su estado de apertura sea ese. Entrar en ese mundo suyo tan particular como artista y como criatura humana, captar ese instante suyo como artista sin hacer de su parte humana una caricatura. Esa parte, el lado humano suyo, es de una dimensión de gran humildad, de mucha generosidad, a pesar de que todo el mundo piense lo contrario, que es un arrogante, un chulo... y no es así. Es un tio generoso, amable, educado, lleno de una profunda y cálida sencillez. Es interesante como poco a poco me voy acercando al ser humano y me alejo del personaje, sin olvidarme jamás de que el personaje también es muy importante. Observo con admirada fascinación como paulatinamente empiezo a zambullirme en su todo su universo. Que es muy complejo, no cabe duda. Esa complejidad logra su mayor esplendor cuando se trata de un creador de cosas, de aquél que crea desde la nada, desde los oscuros pozos de la indefinición y lo abstracto. Jaime no es un personaje del montón, desde luego. Nada de eso. Eso si, no va de chulo estúpido y arrogante. Su chulería es clásica y elegante, sencilla y atrevida, brillante e irónica. Hacer este documental va a ser una experiencia muy positiva y enriquecedora. Supongo que no siempre será así...ya veremos. Se que es muy difícil la tarea que me espera. Pero estoy dispuesto a seguir adelante. El riesgo bien vale la pena.

Back Ground

Mi foto
Madrid, Madrid, Spain
Robándole al tiempo su alma