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lunes, 4 de abril de 2011

EN EL MONTAJE



Supervisar el trabajo que está desarrollando en estos momentos el montador de la película documental, me produce una cierta desazón e incertidumbre, pero no porque no tenga ninguna confianza en el montador, en su trabajo, ni mucho menos, es algo mucho más complejo, insondable y consustancial, supongo, con la naturaleza misma de lo que estamos hechos los realizadores, los autores. Aquél que crea. La duda, la insana fluctuación, entre los bueno y lo malo, lo inesperado, lo acertado o descifrado, son partes de una misma columna vertebral. Despierto por la mañana y en mi cabeza solo está presente el montaje. Todo el tiempo a toda hora, pese a que pueda estar inmerso en otro asunto, siempre estoy pensando en este montaje, en el montaje. Pero todas estas desarticuladas dudas que me atenazan, en ciertas ocasiones, se disipan de inmediato cuando llegó al estudio y veo el montaje. Veo esta película que tanto me está costando y me sigue costado terminar y se renueva en mí la esperanza. Observo como se va desarrollando, como va tomando cuerpo, vida propia, tomando su propio camino a través de unas pautas muy definidas desde el principio. Cuando me encuentro con este montaje mi emoción me embarga y me siento un afortunado, por que, debo decirlo, no muchas veces, muy pocas, en este país, encuentras a un buen montador de cine, no por sus meritos y premios, o por las múltiples películas que haya montado, por su prestigio, no, para mi eso no es suficiente, tiene que ver con el dialogo, con encontrar que este montador ha entendido bien los planteamiento y conceptos que como director, quiero expresar en esta historia, con eso que se llama poner todo de tu parte, en este caso el montador, para que funcione. Y eso es lo que está haciendo Jorge: un trabajo inspirador, creativo y emocionante. Un trabajo fantástico. La película funciona, tiene belleza, un concepto general muy claro de la historia, un buen ritmo con el que se está contado, una progresión, un punto de vista estético. Me recordó lo que siempre decía Truffaut a su montador: “lo mejor es enemigo de lo bueno”. Cuando le pareció que estaba bien, se acabó el asunto.

martes, 22 de febrero de 2011

LAS MEZCLAS DE LOS TRACKS Y EL MONTAJE

Jorge Flames, el montador de la peli en la sala de Evasion

Junto a Esteban Hirschfeld, el director musical de las mezclas y Sergio Delgado, más que un técnico

Esteban y Sergio Delgado, durante la sesion de las mezclas en Soundub

Precisamente en este momento, mientras escribo estas lineas, me encuentro en el estudio de sonido (Soundub) mezclando las canciones o tracks de la película documental. Bajo la supervisión y arreglos de mi amigo Esteban Hirschfeld -notable músico, con una larga trayectoria- y la mesa de mezclas en las manos de Sergio Delgado -otro notable- las mezclas avanzan, van tomando forma, estableciendo su propio lenguaje. Delicadas y sonoras melodías van brotando por las pistas, llenando este momento de esperanza y optimismo. Francamente, sin dejarme llevar por la animosidad evidente por mi parte, debo reconocer que están quedando unas preciosas, sutiles, sencillas canciones. Este es un momento muy esperado, añorado por mi parte. A la vez que estoy en el estudio de las mezclas, en Evasión (post producción) se va haciendo con el material rodado y archivo, Jorge Flames, joven talentoso que se va encargar del montaje de imagen de la peli. Bienvenido, amigo Jorge, tengo muchas esperanzas de que vas hacer un trabajo admirable, no me cabe duda. Por fin, después de una larga jornada de espera hasta encontrar al montador idóneo para la peli, empezamos con el montaje. Expreso todo mi afecto y agradecimiento a mi amigo Alfonso Nieto, director de Evasion, que desde el principio ha creído y apostado por el proyecto.






lunes, 31 de enero de 2011

Montador

Supongo que a muchos cineastas les ocurre que su montador les deja para acudir, en su vida personal, al auxilio y cuidado de un ser querido. Pues bien, esto es lo que me ha trascendido a mi. Así que a estas alturas del proceso me quedo sin montador. Un obstáculo más en el camino. De los muchos que he tenido que superar. Esto suena como si hacer una película independiente fuera una tortura, un exhaustivo y lento calvario. Y señores, lo es. Lo admito. Pero la experiencia por si misma es un apasionante episodio de aprendizaje, una lección más de la vida, una tremenda experiencia vital. Volviendo al tema principal, el montador. Creo que ahora comprendo porqué muchos jóvenes realizadores aprenden a montar antes que escribir bien, crear personajes con sustancia y dirigir actores: porque conseguir un buen montador con el que puedas entenderte y tener en la mente, la de los dos, la misma película, es como "pescar una buena trucha en la bañera de tu casa". Espero poder encontrar a ese montador o montadora que garantice el final feliz del proceso tremebundo de crear una película desde la frontera misma del mundo independiente. Estoy en ello. Ya veremos. Opciones hay. Ahora estoy seguro de como los nuevos realizadores, tengo que aprender a montar. Y tener mi propio equipo. Estoy en ello.

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Madrid, Madrid, Spain
Robándole al tiempo su alma