La libertad de pensamiento, el libre albedrío, la tierra como amplio valle de expectación e ilusión. La ilusión como visualización infinita de la vida, como esperanza del magma de la vida. Ni Dios ni Amo. Verdad intrínseca de todas las verdades. Este grafito que revela la verdad de las verdades, lo encontré, por irónico que parezca, en uno de estos pueblos allanados por el catolicismo rancio y virulento, en uno de esos pueblos de la España donde Dios es al amo de las almas penitentes, y nadie es el amo de nada, ni siquiera de si mismo. Contradictorio que este grafito, tan llano y definitivo, haya sido escrito en la pared de un pueblo tan tradicional y católico. Estoy seguro que elque lo escribió es un ser único atrapado en el maleza oscura del pensamiento de un pueblo oscuro, lleno de historia constreñidas y peripatéticas. Sensación: al fondo suena Elvis, suave y profundo, como una voz envolvente y sugestiva, que te transporta hacia el lado luminoso de la vida y del amor. Y yo veo este irrefrenable y alegórico grafiti, lo veo una y otra vez, acompañando de Elvis/CD, y es gratificante, porque puedo decir que aún creo en el ser humano, en algún tipo de ser humano que se extingue como las llamas humeantes de un rastrojo ceniciento. Son tiempos malos para los buenos pensamientos. Y yo he hayado la excusa perfecta en este grafiti para seguir creyendo, para seguir teniendo fe en lo intangible. Solo el hombre en su infinita trasgresión y concepción de la vida, es su propio amo y su propio Dios. Tengo la certeza bíblica de que esto es así. Como ser libre que se supone que soy, soy libre al fin y al cabo de escribir estas letras ampulosas y pretenciosas. Por ejemplo. Pero es que el remedio ante la enfermedad es la enfermedad misma, puesto que el remedio se ha convertido en la enfermedad. Como el mundo y la gente. Un planeta enfermo cuya enfermedad no tiene cura, pero que sin saberlo, la cura está en la enfermedad misma. Tremendo retruécano. ¿Pero que es la vida sino? Un retruécano que desencadena dolor y enfermedad de pensamiento. Ni Dios ni amo. Sin duda. Este grafiti es como una madero cuadrado que no entra en la redondez mediocre del tiempo en el que vivimos.